domingo, 7 de junio de 2009

La Luz, en espera de brillar otra vez











Por: Alfonso Ochoa, Domingo, 04 de Enero de 2009


CON LUZ PROPIA
El paisaje no es más impresionante, antes fue un pueblo que hacía honor a su nombre, fue un pasado de esplendor.*El viejo pueblo permanece escondido en la sierra lejos de su auge minero
*La época de bonanza quedó en el pasado, ahora aguarda la llegada del turismo
La Luz, un viejo pueblo minero que alguna vez por su importancia fue un municipio más del estado, espera escondido en una de las partes de la sierra de Guanajuato su resurgimiento.
Esta vez ya no por la minería sino por el turismo.
Las calles empedradas por las que algún día transitaron las carretas de españoles, criollos, mestizos, escenarios de batallas revolucionarias y cristeras, aún conservan fachadas, su templo y el jardín con ese toque colonial que abren una ventana al tiempo, al pasado tan presente que permanece bajo la serena mirada de Cristo Rey, más joven que el poblado mismo.
Eran otros tiempos, La Luz resplandecía no por las minas de plata que dieron vida al pueblo. Hubo dos panteones, uno para los españoles y otro de indígenas. Hubo una plaza de toros y varias cantinas.
Fue uno de los puntos habitacionales más importantes de la región y, así lo sostiene, un órgano tubular que hoy pide remiendos a gritos, pero su fuelle fue de los más importantes de su época.
J. Jesús Araujo Granados lo sabe. No es sólo un vecino más de la comunidad, es un enamorado de su pueblo, otrora glorioso en cuévano. A sus 60 años, el hombre no ha dejado de pensar en su pueblo aunque, por necesidad, vivió durante cinco años en Miami, Estados Unidos, por necesidad de trabajo, trabajo que llegó a ser basto en La Luz y que, hoy, tiene una esperanza de resurgir.
"Yo creo que cerca del 70 por ciento de los jóvenes nacidos en La Luz andan trabajando", pero no en las entrañas de la tierra, en Estados Unidos. "Actualmente viven en el pueblo cerca de mil 200 personas" dice el hombre que convida la vista que siempre ve desde lo alto del templo de Nuestra Señora de la Luz.


SU TESORO
El templo de Nuestra Señora de la Luz, es mudo testigo de su historia.


IMBATIBLES
Las calles empedradas conservan aún el eco del vaivén pueblerino.
Desde ahí la vista es majestuosa. Un vívido cuadro impresionista que sólo ha visto el tiempo pasar. El paisaje no es más impresionante que lo que Jesús Araujo platica y, en sus palabras, se nota el amor por su tierra, por lo que fue y lo que hoy es.
Antes fue un pueblo que hacía honor a su nombre, fue un pasado de esplendor.
PUEBLO DE LUZ
La Luz es un pueblo minero que se levantó a unos cuantos kilómetros de donde hoy se encuentra el monumento a Cristo Rey, y que es mucho más antiguo que la famosa escultura que corona el ombligo del Bajío, como reza la leyenda.
Fue aquí, en La Luz, donde los españoles encontraron planta, incluso antes que en Guanajuato, por lo que durante varias décadas fue más importante que la capital del estado.
Hoy sólo quedan recuerdos y muchos recovecos por dónde hurgar esas historias de quienes recorrieron las empedradas calles.
Don J. Jesús Araujo Granados, despacha en una tienda de abarrotes en el viejo pueblo minero, recuerda que cuando fue niño, cuando mucho había unas 10 familias en el pueblo que se negó ser fantasma.
Ahora calcula que en él viven cerca de mil 200 personas "está muy lejos del esplendor de aquellos años".
En ese pueblo se llegó a contar una población de 30 mil personas, hubo una plaza de toros, varias cantinas y hoy sólo recuerdos. "No sé qué fue lo que acabó al pueblo, pero al parecer por aquí sí pasó la Revolución y la Guerra Cristera.
Fue entonces, en la cristiana cuando se quemaron los archivos parroquiales".
Pero esos capítulos en la historia del pueblo, son borrados por el impresionante paisaje que se ve desde la torre del templo.
En La Luz hubo varias bonanzas. Primero antes de la Colonia, luego en el Siglo 19 cuando las minas fueron explotadas por compañías de capital proveniente de Inglaterra.
AMOR POR EL TERRUÑO
"A mí siempre me ha gustado mi pueblo, cuando me fui a trabajar a los Estados Unidos pensaba en La Luz, creo que es un lugar muy hermoso, en el que seguramente pasaron muchas cosas, que vivió épocas de esplendor".
J. Jesús Araujo Granados, Habitante de La LuzEn la década de los 80 la Mina Bolañitos fue explotada por Peñoles pero, actualmente en las minas cercanas a La Luz, opera la canadiense Eveadempor, aún así, nada será igual.
FRENTE AL ESPEJISMO
Aunque en tiempos modernos la minera canadiense busca recuperar las betas de plata que permanecen desde tiempos inmemorables en las venas de las minas, Jesús Araujo Granados dice que eso no será la solución.
"Si le dan trabajo a unos cuantos muchachos, eso no va a servir, es un espejismo, el futuro está en el turismo", dice el hombre cuyo anhelo es ver el resurgir de su pueblo.
Ver cómo las calles casi vacías se llenan de visitantes y compartir, con ellos, la historia guardada en cada fachada que aún conserva su toque colonial.
El templo de Nuestra Señora de la Luz, donde aún permanece el signo de la Corona Española que mandaban colocar los virreyes en sus pueblos consentidos en "las Américas", se levantó también la cúpula colonial.
A sus espaldas, a cuando mucho unos 10 kilómetros, está la montaña La Giganta, uno de los puntos más altos del estado. Es un cerro enigmático en cuya cúspide cada 14 de septiembre se celebra una fiesta, y en la que participa la gente de los pueblos de la región, comentó don J. Jesús.
"La mina más antigua y donde sé que empezó todo es la de San Bernabé; hay varios pueblos y minas que están cerca de La Luz", comentó don Jesús quien en algún tiempo trabajó como minero, y lo dice maravillado mientras señala senderos los que según él antes fueron calles.
En el templo de Nuestra Señora de la Luz existen los restos de un órgano tubular, muestra palpable del pasado grandioso, que asegura Araujo González, vivió La Luz, a la que como él dice el futuro está en el turismo.
Al terminar el recorrido, como señala Jesús Araujo Granados, no queda más que cerrar los ojos, para recordar ese poblado lleno de historia, clavado en la serranía de Guanajuato y que se ha negado a ser otro pueblo fantasma porque aún vive.

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