Martes, 22 de Abril de 2008
El Gobierno del Estado de Guanajuato y los municipios que conforman la zona suroeste (Abasolo, Pénjamo, Cuerámaro, Manuel Doblado, principalmente) le apuestan a la denominada Ruta del Tequila, una copia de la existente en Jalisco y que representa un éxito industrial, comercial y turístico. Empero, el proyecto de la tequilera local nace en rotundo fracaso:
Este 24 de abril, cuando un funcionario del Gobierno de Guanajuato coloque la primera piedra en un predio localizado a dos kilómetros de la ciudad de Cuerámaro se dará cuenta que las condiciones orográficas y ambientales no son las adecuadas.
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Y no son las óptimas porque el terreno se encuentra en un cerro de difícil acceso y cuyo monto absorberá más del 20 por ciento del presupuesto.
Por si fuera poco ese predio está a un lado de dos molinos de piedra que constantemente arrojan piedra.
Pero el problema mayor se presenta cuando el proyecto de la tequilera no cuenta con un pozo de agua propio. Y si de producir tequila se trata, los industriales saben que por cada litro de tequila se requieren 10 litros de agua durante el proceso.
(La única alternativa es que compren agua o se las regalen, y quien mejor que el particular que vendió a las autoridades esos terrenos, el mismo, por cierto, propietario de los molinos de piedra. Ese pozo se encuentra a mil metros de donde pondrán la nave principal de la tequilera)
Este error de planeación puede provocar que las centenares de hectáreas que se encuentran cultivadas de agave no tengan un fin productivo en Guanajuato, con el consiguiente resultado de pérdidas para los productores.
En el planteamiento la Ruta del Tequila de Guanajuato es bueno y también se encuentra inscrito en la proyección de un turismo multitemático del estado, que comprende el turismo histórico, cultural, ecológico y arqueológico (este último que tanta expectación ha logrado, a tal grado que el presidente Calderón tiene en agenda la posibilidad de visitar Peralta, en el municipio de Abasolo).
Sobre la decisión de ubicar la tequilera de Guanajuato es un lugar con estas características es una responsabilidad compartida de las autoridades de Cuerámaro, como de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y de Obras Públicas.
De acuerdo a las versiones de la autoridad municipal, en ese lugar en el que se pretende instalar la tequilera será en el tiempo una ciudad industrial, lo cual tiende a agravar el fracaso.
Hoy que los gobiernos federal y estatal pretenden priorizar las economías locales en ciudades expulsoras de mano de obra, este tipo de proyectos con falta de planeación no contribuyen a aminorar la crisis económica.
Suficiente ha sido el que estos municipios y sus productores logren la denominación de origen del tequila, sobre todo cuando los agaves producidos en estas tierras tienden a ser más ricos en azúcares, lo que hará más atractivo el producto final.
La zona suroeste, ya con una tequilera instalada, como la Corralero , es un fuerte potencial para enriquecer la Ruta del Tequila, con otros atractivos como el recorrido arqueológico (Peralta y Plazuelas, en Pénjamo), al que adicionalmente se le está dando el valor agregado del programa Viva la Banda , a través del Instituto de Cultura, y que prevé el rescate y la institucionalización de una cultura popular –la música de las bandas- que tienen su origen en la época de la Reforma y de la Revolución Mexicana , como parte de las conmemoraciones de los centenarios.
Quizá a la integridad de los proyectos faltan detalles, pero como dicen los gringos, en los detalles está el diablo.
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