Visite las aguas termales de Atotonilquillo
Por: Esaú González, Domingo, 18 de Abril de 2010
Esta ex hacienda, en Manuel Doblado, le ofrece un entorno de descanso
MANUEL DOBLADO
La ex hacienda de Atotonilquillo es una obra arquitectónica que guarda un contexto en náhuatl y otomí; además de ser el espacio en el que se forjó al primer caudillo de la Independencia en Jalisco, José Antonio "El Amo Torres". A 400 años de su fundación este sitio aún permanece en pie y es uno de los atractivos más importantes e imponentes en Manuel Doblado.
La ex hacienda
Ubicada entre los límites de Guanajuato y Jalisco, la hacienda de Atotonilquillo es uno de los espacios que centran la naturaleza, la historia y los enigmas más extraños como la historia de las princesas llamadas Las Musas.
Los actuales dueños Gustavo León Urñate y Josefina Cerrillo de León, relataron que la ex hacienda ha sido el punto de partida de algunas justas que datan desde el año 1613, cuando era manejada por el virrey Márquez de Guadalcázar
El 7 de abril de 1703, los jesuitas vendieron la hacienda de Atoto-nilquillo a la Mariscala de Castilla, Doña Juana de Castilla de Arellano, en la cantidad de 8 mil 640 pesos, y tenía 24 sitios de ganado menor, uno de ganado mayor y 14 caballerías de tierra.
A partir de ese entonces su crecimiento ha sido paulatino, destacándose que la casa y el templo fueron construidos por el arquitecto Eduardo Tresguerras y José Antonio Torres, "El amo Torres", caudillo de la independencia, antes de iniciarse, fue administrador de la hacienda.
A la muerte de María Francisca en 1793, Del Mazo decide rentarle la hacienda de Atotonilquillo a Manuel Ignacio García, con la consigna de que construyera una presa y un molino de trigo. En el tiempo que estuvo rentada a la hacienda se le construyó la amplia casa y la bella capilla que se conserva hasta nuestros días, así como varias trojes y otras dependencias.
La capilla del lugar todavía ofrece servicios religiosos el último jueves de cada mes, y a unos cuantos metros al poniente, sobre la misma carretera, se puede disfrutar de un buen chapuzón en lo que en tiempos de bonanza fue el baño del hacendado: Las Musas. La ex hacienda cuenta con un amplio jardín, arquería interior, cinco habitaciones, caballerizas, una capilla, escalinatas externas, teniendo como marco la zona natural protegida.
El entorno
A un costado de la ex hacienda se encuentran Las Musas, que es un lugar paradisíaco constituido por tres mil 174 hectáreas de extensión de zona natural protegida.
El lugar se caracteriza por la existencia de un bosque de galería compuesto principalmente por ahuehuetes, en diferentes etapas de desarrollo y con alto grado de conservación.
El ecosistema acuático de Las Musas cuenta con una alta diversidad de especies de invertebrados como: acociles o camarones y cangrejos de río considerando la microcuenca natural que alimenta al río Colorado a partir de la cortina de la presa Potrerillo hasta el poblado La Torrecilla.
Por: Esaú González, Domingo, 18 de Abril de 2010
Esta ex hacienda, en Manuel Doblado, le ofrece un entorno de descanso
MANUEL DOBLADO
La ex hacienda de Atotonilquillo es una obra arquitectónica que guarda un contexto en náhuatl y otomí; además de ser el espacio en el que se forjó al primer caudillo de la Independencia en Jalisco, José Antonio "El Amo Torres". A 400 años de su fundación este sitio aún permanece en pie y es uno de los atractivos más importantes e imponentes en Manuel Doblado.
La ex hacienda
Ubicada entre los límites de Guanajuato y Jalisco, la hacienda de Atotonilquillo es uno de los espacios que centran la naturaleza, la historia y los enigmas más extraños como la historia de las princesas llamadas Las Musas.
Los actuales dueños Gustavo León Urñate y Josefina Cerrillo de León, relataron que la ex hacienda ha sido el punto de partida de algunas justas que datan desde el año 1613, cuando era manejada por el virrey Márquez de Guadalcázar
El 7 de abril de 1703, los jesuitas vendieron la hacienda de Atoto-nilquillo a la Mariscala de Castilla, Doña Juana de Castilla de Arellano, en la cantidad de 8 mil 640 pesos, y tenía 24 sitios de ganado menor, uno de ganado mayor y 14 caballerías de tierra.
A partir de ese entonces su crecimiento ha sido paulatino, destacándose que la casa y el templo fueron construidos por el arquitecto Eduardo Tresguerras y José Antonio Torres, "El amo Torres", caudillo de la independencia, antes de iniciarse, fue administrador de la hacienda.
A la muerte de María Francisca en 1793, Del Mazo decide rentarle la hacienda de Atotonilquillo a Manuel Ignacio García, con la consigna de que construyera una presa y un molino de trigo. En el tiempo que estuvo rentada a la hacienda se le construyó la amplia casa y la bella capilla que se conserva hasta nuestros días, así como varias trojes y otras dependencias.
La capilla del lugar todavía ofrece servicios religiosos el último jueves de cada mes, y a unos cuantos metros al poniente, sobre la misma carretera, se puede disfrutar de un buen chapuzón en lo que en tiempos de bonanza fue el baño del hacendado: Las Musas. La ex hacienda cuenta con un amplio jardín, arquería interior, cinco habitaciones, caballerizas, una capilla, escalinatas externas, teniendo como marco la zona natural protegida.
El entorno
A un costado de la ex hacienda se encuentran Las Musas, que es un lugar paradisíaco constituido por tres mil 174 hectáreas de extensión de zona natural protegida.
El lugar se caracteriza por la existencia de un bosque de galería compuesto principalmente por ahuehuetes, en diferentes etapas de desarrollo y con alto grado de conservación.
El ecosistema acuático de Las Musas cuenta con una alta diversidad de especies de invertebrados como: acociles o camarones y cangrejos de río considerando la microcuenca natural que alimenta al río Colorado a partir de la cortina de la presa Potrerillo hasta el poblado La Torrecilla.