Por: SUN/Cristina Salmerón, Domingo, 09 de Marzo de 2008
Más que un mero producto para la limpieza del cuerpo, el jabón aporta diversos beneficios para la belleza, e incluso para la salud
MÉXICO, D.F.
Esa pequeña pastilla que al contacto con el agua se vuelve resbaladiza y espumosa, ha pasado de ser un simple instrumento de aseo a un objeto de deseo.
Bañarse con el primer jabón que se encuentra en el supermercado o comprar siempre el mismo porque es el más barato, convierte en rutina ese momento tan íntimo y deja de disfrutarse.
Actualmente se crea todo tipo de jabones que sirven como motivos ornamentales y pueden dar beneficios adicionales a la piel.
Cierto es que los precios de un jabón hecho a mano y con productos naturales pueden duplicar o hasta triplicar el de uno industrial, pero vale la pena consentirse.
HISTORIA ESPUMOSA
Para muchos, el jabón, además de ser un objeto para el aseo personal ha resultado desde un hobbie o un arte, hasta un buen negocio.
A partir del encuentro con un libro sobre la elaboración de jabones, Dina Rodríguez comenzó a experimentar junto con su hermano.
Con el tiempo, fabricar jabones se volvió más que un pasatiempo y juntos crearon una empresa llamada “Toque de Ángel”, que ya lleva cinco años operando en la ciudad de Cuauhtémoc, Chihuahua y vende también a cualquier parte del país, vía su página en internet www.toquedeangel.com.mx. En menor medida, exporta también a Estados Unidos.
Dina comentó que entre sus creaciones con el jabón hay de dos tipos: los hechos con glicerina y los artesanales; los primeros, además de tener el beneficio de la humectación, tienen el PH neutro y son decorativos, los segundos cumplen otras funciones como exfoliar, refrescar, quitar malos olores, eliminar impurezas y suavizar la piel.
Los jabones artesanales están elaborados con manteca de café, de carité, con miel e incluyen aromas naturales. Entre ellos están:
Tacita de café. Conocido como el “Jabón de la cocina”, pues gracias al contenido de café natural, elimina aromas como el de pescado y cebolla, mientras actúa como emoliente en tus manos.
Para la carita. El aceite esencial de Eucalipto en este jabón actúa como astringente, ayuda a eliminar impurezas y combatir problemas leves de acné. Utilízalo diariamente y notarás los resultados.
DE SABORES
Para cuidar y consentir la piel. Alfajor. Su olor a coco recuerda a las vacaciones. Disfruta del delicioso aroma de este jabón mientras dejas que la proteína de la leche de coco suavice y humecte tu piel.
Doña Bertha. La mezcla del aroma a rosas, patchuli y un toque de vainilla, hacen de este jabón algo único, un delicioso baño relajante y emoliente, con árnica que ayuda a restaurar la piel.
Para hacer en casa
Para hacer un jabón hay que tener curiosidad y creatividad, explica Dina Rodríguez.
“El proceso es muy sencillo, pero para crear algo que sea único hace falta la inventiva”, dice Dina. “El jabón es como un lienzo y uno lo decora con la paleta de colores que quiera. Hacerlos es pensar en algo muy personal, en que alguien se tomará el tiempo para consentirse, para que su aseo sea algo placentero y diferente al acostumbrado”.
Fabricar su propio jabón es fácil y divertido. Muchos de los ingredientes se consiguen en farmacias especializadas o lugares donde vendan productos para laboratorio.
En general, el único peligro que se corre (además de no seguir el procedimiento correcto y echar a perder todo) es que el jabón caliente pueda ocasionar una quemadura, por ello hay que tener precaución al derretirlo y verterlo.
Aquí mostramos la técnica más sencilla para hacer un jabón de glicerina.
MATERIALES
Tabla de Madera
Espátula con mango
Atomizador
Plástico auto adherible
Palito o cuchara de madera
Colorante líquido (grado cosmético)
Fragancias
Jabón de glicerina transparente
Jabón de glicerina opaco
Charola para hacer jabones, moldes.
PROCEDIMIENTO
1. Funde la base: Picar el jabón en cuadritos muy pequeños (entre más pequeños, más rápido se deshace). Poner en una taza medidora los pedacitos de jabón. El jabón se funde a 65°C, y se puede lograr en:
Microondas: 1 taza tardará aprox. 30 segundos. Si no se deshace completamente, probar con intervalos de 15 segundos hasta que esté derretida. Se recomiendan ese tiempo para que el jabón no hierva y pierda su transparencia.
A baño maría en bolsa para fundir: este proceso es mucho más lento pero también es posible.
A fuego directo: poner el jabón a fuego lento, pero cuidando que no hierva. La clave para un buen jabón es calentarlo justo hasta que se funda. Nunca dejes que tu base de jabón supere temperaturas de 60-65ºC (puedes utilizar un termómetro de líquidos hasta que le cojas “el punto”). Nunca dejes que la base de jabón hierva; perderá toda la humedad.
2. Añade la esencia: Una vez retirado del fuego, es preferible añadir la esencia antes del color pues todas las esencias, en mayor o menor grado, tiñen ligeramente la base. De esa manera, cuando se incorpore el color vas a tener una idea exacta del tono final. Se puede añadir cualquier fragancia: miel, vainilla, menta, naranja, lavanda. Si la esencia que utilizas es específica para jabón, la cantidad aproximada es de una cucharadita por cada 250 gramos de base de jabón (un 2% de esencia).
3. Un poco de color: Puedes utilizar casi cualquier cosa para colorear tu jabón. Los colorantes para alimentos funcionan, pero tienden a perderse con el tiempo. Hay muchos tipos de colorantes, los mejores son unos geles estables a la luz, porque no se decoloran. Añade la sustancia gota por gota, pero ten en cuenta que un exceso de colorante, aparte de un desperdicio, ocasiona espuma coloreada que manchará a la hora de usarlo.
4. Mejore el jabón: Puedes incorporar diferentes aceites, para una pastilla más hidratante. Algunos que le van bien son el aceite de almendras dulces, aceite de germen de trigo (vitamina E) y manteca de mango. Nunca añadas más de una cucharada sopera por cada 500 gramos de base de jabón. Demasiada cantidad de aditivo hará que el jabón salga blando y húmedo en exceso, por lo que no cuajará bien.
5. Verter: Puedes usar casi cualquier cosa que tengas en la cocina como molde (una lata de atún, un cortador de galletas, un recipiente de plástico, una taza). Cuando hayas vertido el jabón en el molde, pueden formarse burbujas de aire en la superficie. Para esto es útil un bote pulverizador con alcohol rebajado (alcohol de fricciones inodoro, de 85º). Con un solo pulverizador y las burbujas desaparecen instantáneamente.
En esta fase es cuando se puede hacer uso de la creatividad, ya que se pueden agregar flores, hojas y frutos secos, rajas de canela, jabones más pequeños, lo que sea.
6. Desmoldado: Se debe embarrar el molde con una ligerísima capa de aceite de maíz o de vaselina líquida para evitar que se pegue el jabón y cueste trabajo desmoldar la pastilla. Cinco minutos en el congelador y un poco de agua caliente en la parte exterior del molde ayudan para desmoldar el jabón.
7. Listo: El jabón está listo para su uso. Si no se va a utilizar de inmediato es recomendable envolverlo en plástico transparente adherible, para evitar que se deshidrate.
RECETA DE JABÓN DE AVENA Y MIEL
MATERIALES:
100 gramos de jabón base
1 cucharadita de miel
2 cucharadas de avena
1 cucharadita de aceite de almendras
2 gramos de esencia de cera de abejas
Alcohol puro
Aceite para desmoldar
PROCEDIMIENTO:
Fundir el jabón a baño maría, agregar la miel y el aceite, poco a poco. Agregar la avena y la fragancia; incorporar. Verter en un molde previamente engrasado con aceite desmoldante, rociar la superficie con alcohol para eliminar las burbujas. Dejar fraguar a temperatura ambiente y llevar al congelador durante 10 minutos. Desmoldar. Darse un buen baño.
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